En Costa Rica, donde vivo, la industria del juego es legal. Ocasionalmente, disfruto de realizar apuestas e ir a casinos para divertirme un poco. En un momento, quise recrearme en un sitio de apuestas en línea y, a la hora de cargar mi cuenta, la transacción con mi tarjeta de crédito fue denegada. Al llamar al banco, para mi sorpresa, me explicaron que ellos no permitían transacciones con sitios de apuestas en línea. Puedo suponer que algunos lectores han compartido esta experiencia o han sufrido algún percance similar.
El estancamiento del dinero en efectivo
Hoy, el mundo está más conectado que nunca. Por cada habitante en la Tierra, hay más de tres dispositivos conectados a Internet. Podemos conectarnos por mensajería instantánea, llamada de audio y video llamada, cruzando continentes de forma inmediata. Estas capacidades no podrían haber sido soñadas hace 40 años. Sin embargo, hay una tecnología milenaria que se ha quedado básicamente estancada desde hace más de 50 años: el dinero. Cuando quise mandarle dinero a un amigo en el exterior, y pasé por tantos dolores de cabeza, dificultades, filas, pérdidas de tiempo y dinero con los bancos, me pregunté: ¿por qué no es tan fácil este procedimiento como enviar un mensaje de texto por WhatsApp? La respuesta es: por la confianza. Tener un sistema de confianza que permita la gestión y movilización del dinero no resulta barato. Usualmente, nosotros confiamos en que las tarifas que pagamos a los bancos son para proveer seguridad, y les depositamos no sólo nuestro dinero, sino nuestra confianza. Hemos presenciado a nivel mundial cómo esta confianza se desmoronó debido a escándalos como el del lavado de dinero que el banco HSBC realizó con un cartel de drogas en México, y con la aún más trágica recesión inmobiliaria de hace ya diez años en los Estados Unidos. La recesión demostró un sistema roto, corrupto y “demasiado grande para fallar”. Hay un sistema de control en un mundo que ya inició su guerra contra el efectivo, que quiere que el bajo porcentaje de la población mundial que sí tiene acceso a servicios bancarios haga sus negocios a través de esas mismas entidades. Prestamos nuestro dinero a los bancos y obtenemos un limitado derecho sobre el mismo. Claramente, este sistema no funciona.
Es la hora del Bitcoin
La ventaja es que ahora tenemos la posibilidad de usar una nueva forma de dinero, que nos provee una plataforma que no excluye a 2.500 millones de personas alrededor del mundo. Para utilizarlo, sólo se necesita que tengas una computadora o teléfono inteligente, y conexión a Internet. No te cobra comisión por tener tu dinero, no te solicita un recibo de agua, luz o teléfono. Ni siquiera te pide que seas humano. Este sistema se llama Bitcoin. Apareció en 2009 como una forma de dinero completamente neutral, resistente a la censura, de código abierto para total transparencia y P2P (peer-to-peer, o persona a persona). No es una compañía. No está afiliado a ningún país ni Gobierno. Esta tecnología no está controlada por nadie. No tienes que confiar en nadie para que funcione. Es un movimiento que fluctúa según el consenso de todos nosotros. Es ese mismo consenso el que le da valor a la moneda. Está respaldada por algo que no se puede corromper: la matemática.
Criptomonedas y apuestas
¿Qué tiene que ver todo esto con la industria del juego y las apuestas en línea? Quiere decir que, finalmente, puedes utilizar una moneda virtual para realizar tus compras sin ser juzgado. No habrá nadie que congele tus fondos, o te diga a qué horas o en qué sitios puedes comprar. El
Bitcoin y otras criptomonedas ya están siendo usados en varios sitios web de apuestas en línea, justamente por la libertad que le ofrecen a la gente para poder hacer transacciones. Uno de los primeros sitios web de apuestas que aceptó el
Bitcoin fue Satoshi Dice, fundado en 2012. En líneas generales, los que inician normalmente este tipo de emprendimientos son entusiastas de la tecnología, que están dispuestos a experimentar con esta forma de dinero que apenas si va a cumplir una década. Como dicha tecnología ha demostrado hasta la fecha ser casi imposible de hackear (a nivel de protocolo), grandes empresas con muchas más opciones de apuestas y juegos en línea empezaron a adoptar
Bitcoin y otras criptomonedas como formas de pago. Un ejemplo es
www.betonline.ag, que ofrece apuestas deportivas, juegos de casino y apuestas en carreras de caballos. Esta página fue una de las primeras que recibió pagos en
Bitcoin en sus juegos de poker en línea. En consecuencia, debido a su naturaleza de código abierto, resistencia a la censura, neutralidad y protocolos P2P, el
Bitcoin fue diseñado desde su fundamento para ser utilizado en la era de Internet, sin discriminar si el usuario es hombre, mujer o máquina. El
Bitcoin te da libertades que nunca creíste posibles. Hay que probarlo y disfrutarlo. Ése será tu desafío.
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